Cirugía realizada por el Dr. Maximiliano Calatroni
Las malformaciones arteriovenosas (MAV) cerebrales representan un desafío en neurocirugía debido a su compleja red vascular y alto riesgo de hemorragia. En este caso subido a la app de cirugías SurgSchool, exploramos la técnica empleada por el Dr. Maximiliano Calatroni en la resección microquirúrgica de una malformación arteriovenosa occipital lateral en un paciente de 26 años, destacando cada paso clave del procedimiento en la grabación de la cirugía.
Caso clínico
El paciente presentaba cefalea y trastornos visuales, y tras una resonancia magnética cerebral se le diagnosticó una MAV occipital izquierda. La angiografía reveló una MAV de menos de 3 cm con aferencias principales desde la arteria cerebral media y secundarias desde el circuito posterior, con drenaje venoso superficial hacia el seno transverso. Según la escala de Spetzler-Martin, la malformación era de grado 4.
Técnica quirúrgica
Para la intervención, el paciente fue colocado en decúbito ventral con la cabeza en posición neutra. Se realizó una craneotomía occipital amplia para una adecuada exposición y control de la malformación.
- Apertura y exposición: Se abrió la duramadre de forma arciforme con base en el seno transverso. Las adherencias fueron liberadas cuidadosamente mediante disección aguda.
- Identificación y coagulación de aferencias: Se localizó y coagularon las arterias temporales posteriores y témporo-occipitales. La disección circunferencial se llevó a cabo con especial cuidado para evitar ingresar en el nido de la malformación y preservar el parénquima cerebral.
- Uso de microcirugía para la resección: Se emplearon técnicas microquirúrgicas, como la colocación estratégica de algodón para mantener planos de disección y controlar la profundidad. La disección circunferencial continuó abordando las aferencias en la profundidad de los surcos.
- Desconexión final y hemostasia: A medida que se seccionaban las aferencias, la MAV fue perdiendo tensión, facilitando su manipulación. Tras la desconexión completa, la vena de drenaje se coagula y secciona. Se realizó control hemostático con irrigación salina y material hemostático.
Resultados postoperatorios
La resección fue completa, confirmada por tomografía inmediata y resonancia magnética un mes después, que mostró la cavidad quirúrgica sin restos de la MAV. A los dos meses, el paciente presentó una recuperación funcional óptima sin secuelas neurológicas.
Conclusión
La resección microquirúrgica de MAVs exige precisión y planificación meticulosa. La técnica del Dr. Maximiliano Calatroni demuestra la importancia de una disección cuidadosa y control hemostático riguroso para garantizar una resección segura y efectiva.